lunes, 26 de abril de 2010

E pur si muove


Luis Vives


"Preguntad a los ancianos, ¿qué es lo que juzgan es mayor inconveniente en esta vida, de qué omisión se arrepienten y les pesa mucho? Todos a una voz, los que estudiaron algo, os responderán no haber estudiado más; pero los que no estudiaron, os responderán no haber procurado saber algo."

Juan Luis Vives, Diálogos, Madrid, 1817, pág. 317

Un centro de Secundaria con alumnos y alumnas de entre 12 y 18 años. Un centro, como muchos, normal, con alumnos excelentes, repetidores y de necesidades (Apoyo, Compensatoria, ACNEs). Quiźas el problema es que los alumnos repetidores y de necesidades se notan demasiado, en algunos casos en su negativa obstinada a aprender.

Para contrarrestar este desequilibrio se aplican medidas correctoras de todo tipo, a veces no lo contundentes que uno podría esperar.

Ante esta realidad (falta de esfuerzo, falta de compromiso de las familias, un medio social estigmatizado) caben dos posturas: la cínica, es decir, aquella de "así no se puede hacer nada", "no vale la pena intentarlo, no resultará"; o la alternativa: no podemos tirar la toalla, hay que seguir, hay que intentarlo una y otra vez desde todos los frentes, porque ellos, los alumnos, se lo merecen, tienen derecho a una educación, tienen derecho a la esperanza.

Esta ha sido y es la postura de una persona muy próxima a mí. Esta persona, sabe de educación y cuando hablo de estos problemas, de las frustraciones, asiente con la cabeza comprendiendo, mientras mira, pero su mirada la delata: "E pur si muove", "y sin embargo se mueve". "Y sin embargo no puedes volver la vista ante la necesidad, ante el derecho a una educación, y ante el deber que tenemos de educar. Habrá que estudiar el problema, proponer caminos, ofrecer soluciones, trabajar codo a codo entre todos, profesores, familias, instituciones para motivar, para despertar inteligencias y voluntades. Te comprendo, pero eres profesor y tu deber es educar a pesar de todo, frente a todas las dificultades"

Su postura no es aislada. Hace apenas unos días, una joven compañera alzó, aunque tímida, su voz en una reunión de cansados profesores para defender la posibilidad de otra vía que no fuera la aceptación de la derrota.

E pur si muove.

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