jueves, 5 de agosto de 2010

Generosidad

Alegoría de la generosidad


La luz de una lámpara puede disipar todas las sombras de una habitación. Una virtud puede hacer lo mismo con una vida.

Hay una persona que siempre recordaré por su generosidad.

Como si se tratase del director de una empresa cualquiera, que tiene que hacer provisiones de dinero para amortizar el desgaste del capital fijo: edificios, vehículos, máquinas, equipos informáticos, etc., en la gran empresa de su vida, esta persona tiene también un apartado de provisiones para amortizar el no ser valorada como debiera por sus seres queridos.

Una parábola del Evangelio cuenta que un administrador de los bienes de su amo, temiendo que éste le despidiese y le arrojase a la calle, decidió llamar a todos los que tenían cuentas pendientes con su señor y rebajarles o perdonarles las deudas. De esta forma cuando su amo le despidiese tendría numerosas personas a las que acudir.

La persona de la que hablo, sin el cálculo del administrador de la parábola, tiene las puertas abiertas en muchos corazones en deuda. Porque ella ha vivido, a su manera, para los demás. Ha sido generosa con su tiempo y desprendida con sus bienes.

Nunca dudó cuáles eran sus prioridades en esta vida. Cuando nació su nieta en un país extranjero viajó para acompañar a su hija en esa experiencia única del parto. Cuando nació su nieto hizo lo mismo. Ya avanzada en años, se desplazó para asistir religiosamente a los bautismos, comuniones y confirmaciones de sus nietos.

Y aunque ahora su memoria ya refleja el peso de los años, no pasa un cumpleaños o un aniversario sin que familiares o amigos reciban el recuerdo y la felicitación. Que yo recuerde no ha habido Navidades en las que sus hijos y nietos no hayan recibido indefectiblemente su presente.

En la imagen que ilustra la virtud de la generosidad aparece una mujer tocada con una corona de oro que simboliza la realeza o nobleza de dicha virtud. A sus pies tiene un león porque es el animal más fuerte y por ello más generoso. Con la mano derecha aparta de sí una cadena de oro indicando su desinterés por los bienes materiales.

La persona de la que hablo, aunque republicana, bien podría ser la mujer coronada de la imagen.

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